Por Ramón Peralta

Las manifestaciones que se han llevado a cabo a nivel nacional en contra de las arbitrariedades de los cuerpos policiales han puesto de manifiesto, como la función de la policía se ha convertido de una organización de carácter civil a una con ribetes militaristas. Las constantes imágenes de las bruscas acciones policiales, puestas en marcha contra ordinarios ciudadanos y que gracias a los celulares nos llegan hoy día, nos revelan, que la policía mas que un instrumento pacifista para resolver los conflictos ciudadanos, es un medio de represión diseñado para ser impuesto con el uso de la fuerza.

La manera como la policía reacciona ante cualquier insignificante evento, demuestra que los procedimientos que sirven de base a la acción del cuerpo policial y que se conocen con el nombre de protocolos, están orientados mas a la agresión y al uso de la fuerza que a la mediación de conflictos.

Las acciones de la policía que hoy conocemos, fueron diseñadas desde un principio como un medio para la resolución de conflictos en la sociedad civil y no como un organismo de fuerza para imponer sus comandos a la semejanza de los cuerpos militares. En un trabajo del sociólogo Julián Go, aparecido en la revista “Foreign Affaire” de julio 16 de este año, expone como los organismos policiales comenzaron a cambiar sus procedimientos en los primeros años del siglo XX para ser reorientados hacia tácticas militares, usadas en los territorios coloniales donde Estados Unidos libraba luchas para imponer su hegemonía. El autor pone como ejemplo, como líderes militares, que habían participado en la lucha de contrainsurgencia en las Filipinas, comenzaron a introducir en los organismos policiales, los métodos de combate que usaban en esa isla del Asia. Desde ese momento, la metodología de acción de los cuerpos policiales se orientó hacia un esquema de corte militar y por tanto, la policía comenzó a ver las zonas de conflictos de las ciudades como si fueran escenarios de lucha militar.

Nuevas armas y equipos comenzaron a ser introducidos. Unidades móviles fueron adquiridas para la respuesta rápida a los escenarios de conflictos. Los entrenamientos de los nuevos policías siguieron los modelos de las academias militares. A medida que fue avanzando el siglo XX, los reclutamientos de ex militares, junto a las tácticas usadas en las  guerras coloniales se hicieron cada vez mas presente en los cuerpos policiales.

Otra práctica que comenzó a ser usada y que en los últimos tiempos se ha acelerado, es la transferencia de armamentos militares a los cuerpos policiales, asemejando cada vez mas estos últimos a las fuerzas militares. El establecimiento de los conocidos “Swatt teams” es una muestra clara de lo que decimos.

La situación de estas transferencias ha llegado hasta el colmo que a un cuerpo policial le llegaron a ceder un tanque de guerra.  Junto a las armas también se han realizado transferencias de metodologías y prácticas usadas en los escenarios de guerra como el uso del choque eléctrico y la emersión en tanques de agua, que se conoce como “waterboarding”. Aunque estas últimas prácticas no sean usadas hoy, llegaron a ser ejercida en el pasado.

Para confirmar la realidad que hemos expuesto sobre los cuerpos policiales solo hay que observar las imágenes que nos traen tanto la televisión, los medios escritos y los sociales, de los acontecimientos que hoy ocurren y la manera como la policía responde. Dada esta realidad, no es extraño que se alcen voces proclamando  una necesaria y radical reforma policial. Por tanto,  no hay lugar a dudas, que se hace necesario el cambio. Esperamos que eso suceda antes de que se produzcan mas tragedias.