Por Ramón Peralta

En las sociedades, debido a su multifacética composición, determinada por factores económicos, culturales, sociales, étnicos y de otra naturaleza, se encuentran todos tipos de manifestaciones que los medios recogen muchas veces de manera caprichosa y dependiendo del personaje de que se trate. Así se dan gradaciones en los acontecimientos, que en la mayoría de los casos privilegian a las personas de los altos estratos socio-económicos.

Recientemente, hubo un acontecimiento que me puso a pensar sobre los criterios que se usan en la sociedad para valorizar los hechos. Me refiero a la noticia de la desaparición de los dos perros pertenecientes a la famosa artista, conocida como Lady Gaga, que ocupó la atención de todos los medios tradicionales de comunicación y por supuesto, los medios sociales, como si fuera un hecho de una extraordinaria trascendencia y donde el centro de la atención se ponía en los perros y no en la dueña.

Además del hecho de la exagerada atención de la pérdida de los perros, me causó espanto la segunda parte de la noticia: la dueña, Lady Gaga, ofrecía $500,000 dólares para quien diera información sobre el paradero de los perros. Al escuchar la oferta, me dieron ganas de vestirme de perro para reemplazar a los perdidos, ya que, nunca en mi agraciada vida he tenido, ni he soñado tener en mis manos tan elevada suma de dinero. La citada suma refleja, que los perros de la mencionada artista son seres sumamente privilegiados y de seguro gozan de un estatus socio-económico por encima de millones de norteamericanos, sobre todo, en los  presentes momentos cuando la epidemia del Covid 19 ha devastado a miles de hogares y ha puesto en condiciones precarias las vidas de muchos otros. Vista dentro de ese contexto parece irónico que la afamada artista no tuviera escrúpulos para lanzar su exagerada oferta para liberar sus perros en las presentes circunstancias, cuando un estimado de 1.54 millones de hogares americanos deben por concepto de alquiler un average de $5,400 cada uno, por lo cual muchos han sido lanzados a vivir en las calles. A la luz de esta realidad, el anuncio de los $500,000 por el retorno de los perros de la afamada artista es un acto repugnante y al mismo tiempo, refleja el sitial que ocupan en esta sociedad los valores humanos.

No quiere esto decir que los animales, sobre todo los perros,  no merecen cuidado y atención: lo merecen, pero no hasta el punto de que su cuidado se ponga por encima del interés humano. No es un secreto que aquí hay perros y animales que viven en condiciones envidiables para cualquier ser humano y cuyos dueños no les importa gastar altas sumas de dinero para su mantenimiento y cuidado, al mismo tiempo que pasan por desapercibido e ignoran la miseria humana que les rodea.

Muchos me dirán que esta es una sociedad libre y que cada quien emplea el dinero en lo que le venga en gana. Eso es verdad. Pero también, es una sociedad donde la libertad nos permite exaltar los valores humanos por encima de aquellos, que arrastrados por la arrogancia, vulgarmente los estropean. A pesar de todo, la vida humana vale mas que los perros.