El Mensaje de Trump a la ONU

 

La humanidad nació del reino animal.  Los seres humanos somos Homosapiens, palabra que quiere decir, especie inteligente.  Avanzamos de la barbarie a la civilización; de la vida individual a la vida colectiva, y a eso que se conoce como urbanidad.

El individualismo, (ese estilo de vivir para sí sin importar la suerte de los demás), es una aberración que la humanidad ha venido luchando por superar desde hace siglos, y que lamentablemente hoy en el siglo XXI, pese a los grandes avances de la ciencia, permanece causando guerras, hambrunas y conflictos que pagan las personas más vulnerables del mundo: los pobres, los desplazados y las minorías étnicas.

La Organización de las Naciones Unidos se creó en el 1945 en la víspera del fin de la Segunda Mundial, como una búsqueda de entendimiento y cooperación entre todas las naciones del mundo para mantener la paz, luchar contra la pobreza y evitar que nuevos holocaustos empañen de sangre inocente la especie humana.  Desde entonces en la Asamblea General de la organización, los presidentes hablan sobre sus problemas regionales y pregonan la unidad para resolver los problemas comunes del planeta.

En la 75 conferencia de la ONU que se está llevando a cabo actualmente, el actual presidente de los Estados Unidos envió un mensaje espeluznantemente negativo y contrario al sentido común del mundo civilizado.  Llamó a los presidentes a actuar de manera unilateral sin tomar en cuenta a otras naciones, sino sus propios intereses.

“Como presidente, he rechazado los enfoques fallidos del pasado y con orgullo pongo a Estados Unidos Primero, del mismo modo que ustedes deberían poner a sus países primero”, dijo el mandatario.

Si los lideres de las naciones del mundo siguieran esas “recomendaciones” del presidente norteamericano, estaríamos entrando en un túnel sin fin que nos conduciría de regreso a la soberbia de las monarquías de los siglos XIV, XV y XVI, a las masacres y a la segregación de las naciones ricas de las naciones pobres.

La Organización de las Naciones Unidas no tendría razón de existir, y las actuales injusticias del planeta, provocadas por el afán del lucro y la acumulación de riqueza, alcanzarían niveles catastróficos parta la humanidad.

Ningún país destinaría ayuda a otro, y los mas vulnerables se convertirían en campos de muerte y desolación. Estaríamos legando a las futuras generaciones un mundo salvaje y en gestación de su propio exterminio.

Sabemos que las palabras de Trump no informan nada nuevo en el comportamiento de las naciones poderosas, que como en la obra de Nicolás Maquiavelo, solo dicen lo que el Príncipe debía hacer para mantener su reino. Pero convierten en ético y aceptable, un comportamiento bochornoso, que esas naciones disimulan, abriendo paso a lo peor.

La actitud individualista de la presente administración norteamericana, ha conducido a esta nación a liderar el mundo en tragedias de la pandemia del Covid-19 y ha provocado, en función del individualismo, una guerra comercial cuyas consecuencias funestas aún no se alanzan a ver.

El mensaje a las Naciones Unidas del presidente es una alarma de lo que le espera a los países pobres, si en noviembre, éste logra la reelección.