Millones de estadounidenses decidieron viajar en avión y automóvil antes del Día de Acción de Gracias a pesar del riesgo de agravar más la pandemia de coronavirus, ignorando las advertencias cada vez más serias de las autoridades para que permanecieran en sus hogares y limitaran sus reuniones a los miembros de su vivienda. 

Aquellos que tomaron vuelos fueron testigos de un panorama diferente en los aeropuertos de la nación durante lo que tradicionalmente es uno de los periodos de viajes más agitados del año: se colocaron barreras de plexiglás frente a las estaciones de entrega de documentos de identificación, había sitios de pruebas rápidas dentro de las terminales, y se entregaba un papel en el que se les solicitaba a los pasajeros colocarse en cuarentena cuando llegaran a su destino.

Si bien el número de estadounidenses que viajaron vía aérea en los últimos días ha sido mucho menor respecto a la misma época del año pasado, muchos siguieron adelante con sus planes para celebrar el feriado en medio de un fuerte aumento de muertes, hospitalizaciones y casos confirmados de coronavirus en todo Estados Unidos. 

Muchas personas estaban cansadas de más de ocho meses de cumplir con las medidas de distanciamiento social y se sentían decididas a pasar tiempo con sus familiares. 

La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, así como las autoridades de salud de los Estados Unidos estuvieron hasta el último momento llamando a evitar los viajes y a las reuniones familiares mayores de seis personas.

En Michigan el miércoles se reportaron 4,273 nuevos casos de Coronavirus y 73 muertes mas por esa causa.  Actualmente el estado tiene un record de 324,779 casos y 8,761 casos.

Hasta ahora, Estados Unidos ha registrado más de 12,6 millones de casos confirmados de coronavirus y más de 269.000 decesos a causa de la enfermedad. 

Más de 88.000 personas estaban hospitalizadas el martes con COVID-19 en el país —la mayor cantidad en lo que va de la pandemia_, provocando que en muchos sitios el sistema de salud se encuentre abrumado por el exceso de trabajo. Los casos nuevos han aumentado a un promedio de más de 174.000 al día, el nivel más alto del que se tenga registro.

Los decesos se han incrementado a más de 1.600 diarios, una cantidad vista por última vez en mayo, cuando la crisis en el área metropolitana de Nueva York estaba disminuyendo.