El Veredicto de Rittenhouse, una licencia para matar

 

La semana pasada, escribimos el editorial de El Vocero Hispano un día antes de que se conociera el veredicto del jurado de Kenosha, Wisconsin sobre el caso de Kyle Rittenhouse, el joven que salió a la calle en medio de una protesta antirracista con un arma de guerra, mató a dos hombres (Joseph Rosenbaum and Anthony Huber

e hirió gravemente a otro (Gaige Grosskreutz).

Para sorpresa de todos, (y nos referimos a millones de personas en este país y en todo el mundo que oyó del caso), el jurado declaró a Kyle Rittenhouse inocente de todos los cargos.

¿Cuáles fueron esos cargos?

1-Tentativa de Homicidio en primer grado.

2- Acción intencional de homicidio en primer grado.

3- Actitud temeraria homicida en primer grado.

4- Acción temeraria poniendo en peligro la seguridad.

5- Poner en peligro la seguridad con un arma peligrosa.

Cuando ocurrieron los hechos, en el verano del 2020, Rittenhouse tenía 17 años de edad.  Un sexto cargo que era el de posesión de un arma letal siendo menor de edad, fue rechazado por el juez, Bruce Schroeder, aunque la ley de Wisconsin establece muy claro que “los menores no pueden poseer armas de fuego, excepto para cazar o cuando estén supervisados por un adulto en la práctica de tiro al blanco o en la instrucción sobre el uso adecuado de un arma peligrosa”.

Los abogados de Rittenhouse argumentaron que otra parte de la ley, dice que eso se aplica sólo a las armas de cañón corto como pistolas y revólveres.  Es decir, que según éstos y el propio juez, llevar una metralleta o una bazuca o tanque de guerra es menos peligroso que un revolver.

Al rechazar este último cargo, los abogados de la defensa y el juez, (quien no disimuló su desagrado por el fiscal y su simpatía por el acusado), se aseguraban de que en resumidas cuentas el único a cargo fuera homicidio, el que de ser desestimado dejaría joven “vigilantista” inocente de toda culpa y libre como paloma liberada al viento, sin remordimientos ni penas.

En adición a esto, y como si quisiera dejar mas claro la “inocencia” del acusado, el juez ordenó quitar el cargo de violación al toque de queda (que era a las 8:00pm) a Rittenhouse, por el cual debía pagar $200 dólares de multa. El juez alegó que la fiscalía no mostró suficiente evidencia de ello, pese a todos los videos y fotos publicadas que marcaban mas de las 8:00 pm.

El juez también prohibió el uso de la palabra “víctima” en el juicio para referirse a los hombres que mató Rittenhouse y al que resultó herido.  Regañó y llamó mentiroso al fiscal, Thomas Binger, cuando éste intentó demostrar que el acusado había creado la situación de la tragedia.

Fue obvio que el juez condicionó todo el juicio para que el jurado tuviera solo dos opciones para escoger: Defensa propia u homicidio.  Es decir, que si Rittenhouse se acercó a los dos hombres para matarlos o si estos se abalanzaron sobre él y él se defendió. 

Obviamente, la opción tenía que ser la segunda, por lo que el joven de 17 años entonces, sin edad legal para portar armas que salió asumiendo el papel de oficial del orden armado con un rifle de asalto en una protesta en hora de toque de queda y le quitó la vida a dos hombres y mutiló otro, salió libre de toda culpa, sin tan siquiera una multa.

De esta vergüenza jurídica no son responsables los abogados de la defensa, tampoco el jurado, únicamente el juez, quien en vez de ocupar su lugar como arbitro manipuló todo el proceso a favor de Rittenhouse.

Este caso, crea una grave jurisprudencia que pesará en futuro de la justicia de Estados Unidos y no dudamos que arroje nuevas víctimas en nombre del “vigilantismo” y la Segunda Enmienda.