La pandemia se sigue expandiendo

 

Todavía los políticos norteamericanos no entienden que el Covid-19 no es una epidemia nacional, sino una pandemia global. Tampoco los norteamericanos acaban de entender la importancia de vacunarse, y los que se han vacunado, tampoco entiende que la vacuna contra el Covid-19, nos es cien por ciento una barrera contra la enfermedad, que mientras mas las personas se acercan al riesgo, menos puede hacer la vacuna por ellas.

Ese pensamiento retrógrado, nacionalista de los dos primeros, ha costado la vida a millones de personas en el mundo y está llevando al país por el camino en el que se cruzan las peñas del colapso.

En vez de unir fuerzas con China, como las dos más grandes economías el mundo, para combatir la pandemia, el gobierno del presidente Joe Biden, sigue la misma senda de su antecesor, Donald Trump, y se empeña en una guerra política y comercial con el poderoso país asiático; bloquea el acceso a las vacunas a los países que considera sus enemigos políticos y en lugar de promover un acercamiento entre las naciones para juntos combatir un mal que amenaza a toda la humanidad, sigue atizando el fuego de la división, promoviendo levantamientos y creando conflictos a lo interno de las naciones para expandir su hegemonía política.

Estados Unidos ha intensificado sus actividades militares en el Mar de la China, creando tensiones diplomáticas, al tiempo que trata de boicotear las Olimpiadas de Invierno del 2022 que están supuestas a llevarse a cabo en ese país. Sigue manteniendo el bloqueo sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, impidiendo el acceso de esos países a las vacunas y creando con ellos crisis sociales que destruyen las economías y cuyos desastrosos resultados pagan solo las personas pobres.  Y como si esto no fuera suficiente para convertir el planeta en un infierno, sigue promoviendo golpes de estado desde Irán hasta Bolivia y desde Siria hasta Bielorrusia, con tal de asentar su poder de imperio todo poderoso.

Según una encuesta realizada por la CBS, mas de 52 por ciento de los norteamericanos piensa que China es un peligro para los Estados Unidos y un porcentaje mayor no tiene idea de lo que ocurre en América Latina, en la Europa del este ni en el medio oriente.

Todavía cerca de la mitad de los norteamericanos no se han vacunado contra el Contra el Covid (39%). En contraste, China ha vacunado 1.16 billón de habitantes de sus 1.4, es decir, mas de un 90 por ciento.  Corea del Sur tiene un 80 por ciento de personas vacunadas, España un 79 e Italia un 74.

La pandemia se ha vuelto a expandir en Estados Unidos y el número de muertos ya alcanza los 800 mil.  La mayoría de los nuevos casos detectados son de personas no vacunadas.  Los estados de Florida y Texas tienen gobernadores que no creen ni en el Covid ni en vacunas. Michigan es actualmente el estado con más casos nuevos detectados, y no por pura coincidencia es uno de los bastiones políticos del líder opositor a las vacunas, Donald Trump.

Esos oponentes a las vacunas y escépticos de la pandemia, reniegan el uso de mascarillas y el mantenimiento de la distancia social. Actúan rabiosamente cuando el gobierno les quiere imponer medidas de control, aun sea para proteger a sus hijos.

En otras palabras, gracias a los Estados Unidos, ni los americanos ni el mundo están a salvo.