BRASILIA (AP) — El ministro francés de Defensa, Jean
Yves Le Drian, visitó Brasil el lunes en un esfuerzo por promover la
venta de aviones caza Rafale en momentos en que el país sudamericano
pretende renovar su flota aérea con 36 aeronaves.
Le Drian, en su primera visita a Brasil desde la instalación del gobierno del presidente Francois Hollande, se encontró con su par Celso Amorim, con quien discutió una serie de programas de cooperación en producción de equipo militar, incluyendo la construcción de cinco submarinos, uno de ellos de propulsión nuclear y cuatro convencionales, así como 50 helicópteros.
Brasil ha aplazado la decisión de adquirir los 36 aviones para su fuerza aérea, un negocio valuado en hasta 7.000 millones de dólares en el que participan tres aeronaves: el Rafale de la francesa Dassault, el AF-18 de la estadounidense Boeing y el Gripen NG de la sueca Saab.
Los dos ministros admitieron que el tema de los aviones estuvo presente en sus conversaciones pero negaron que hubieran ahondado en detalles para negociar la compra del modelo francés.
"Yo vine en un espíritu de asociación global basada en respeto y confianza, hablamos de todo, inclusive del proyecto de transferencia de tecnología de aviones. Hablamos como grandes amigos, hay asuntos que avanzan mejor que otros", dijo Le Drian a periodistas después de su encuentro con Amorim.
El ministro brasileño acotó que "siempre continuaremos conversando sobre ese tema, pero es un asunto que seguirá siendo la pregunta del millón de dólares o del millón de euros. Es un tema que involucra una decisión brasileña que debe ser tomada en el nivel adecuado".
En septiembre de 2009, durante una visita a Brasil del entonces presidente francés Nicolas Sarkozy, Brasil anunció el inicio de negociaciones con Dassault para la adquisición del Rafale, lo cual no se hizo con los otros dos proveedores.
Sin embargo, la negociación no avanzó y al inicio del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff las deliberaciones volvieron al punto de partida y la decisión sobre cuál avión comprar fue aplazada en medio de las medidas de austeridad adoptadas para hacerle frente la crisis global.
El analista de temas internacionales y de defensa Marcel Rech comentó que la decisión sobre los cazas se atrasó por factores presupuestarios, debido a que el gobierno brasileño ha cortado el presupuesto los últimos dos años.
Al mismo tiempo, dijo, no hay claridad entre los militares brasileños sobre cuál es el mejor de los tres modelos para las necesidades de la Fuerza Aérea, con lo cual falta un criterio técnico claro para orientar la decisión.
Un tercer factor en discusión, según Rech, es el llamado "offsetting", que se refiere a una negociación paralela en la cual el país que vendería las aeronaves se comprometería a ofrecer beneficios recíprocos para Brasil en otro área comercial, como podría ser aumentar la compra de algún producto de interés del país comprador.
"El ministro francés vino a ejercer presión y de paso ver cómo van los helicópteros y submarinos, pero no saldrá con un acuerdo bajo el brazo sobre los aviones", sostuvo Rech.
Tanto Amorim como Le Drian indicaron que conversaron sobre otros entendimientos bilaterales en el área de la industria de defensa, incluyendo la adquisición por parte de Brasil de cinco submarinos Scorpene, de diseño francés. El ministro francés tenía previsto visitar la tarde del lunes el astillero brasileño donde serán ensambladas las naves.
Brasil también está en proceso de fabricar 50 helicópteros castrenses de la francesa Eurocopter y su filial brasileña Helibras.
El tema de la compra de los aviones caza fue tocado cuando Hollande se reunió con Rousseff en junio en Rio de Janeiro durante la conferencia de desarrollo sustentable de Rio + 20.
Ambos ministros indicaron que los presidentes volverán a encontrarse en diciembre cuando Rousseff visite Francia e indicaron que propondrán un encuentro anual entre los dos jefes de estado para tocar temas diplomáticos y de defensa
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