El polémico programa "Rápido y Furioso" que permitió la entrada de armas a México para atrapar a grandes traficantes, fue el cuarto desde 2006 que utilizó una estrategia similar, reveló este martes un informe de un legislador demócrata estadounidense.

"Rápido y Furioso", que funcionó entre 2009 y 2010, "fue la cuarta en una serie de operaciones desde 2006 en las que no se incautaron armas que pudieron y debieron haber sido interceptadas por agentes de seguridad", señaló el reporte del congresista Elijah Cummings.
Las operaciones fueron dirigidas desde la oficina de Phoenix, Arizona (fronterizo con México), de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF, por su sigla en inglés), afirmó el informe de Cummings, demócrata de mayor rango de la comisión de Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes.
La comisión investiga desde el año pasado la operación "Rápido y Furioso", que permitió el tráfico de casi 2.000 armas a México, a gran parte de las cuales se les perdió el rastro, entre noviembre de 2009 y finales de 2010 con la intención de atrapar a los jefes de las redes traficantes.
La mayoría republicana de la comisión ha impulsado numerosas audiencias e interpelado a más de dos decenas de funcionarios, para ver si la operación fue autorizada o conocida por el fiscal general, Eric Holder, o el presidente Barack Obama.
"Contrario a lo que ha sido repetido por algunos, la comisión no ha conseguido ninguna evidencia de que la operación 'Rápido y Furioso' fue una operación motivada políticamenta, concebida y dirigida por funcionarios de alto nivel del Departamento de Justicia del gobierno de Obama", dijo Cummings.
Según el informe, luego de interpelar a 22 funcionarios, "la comisión no ha visto evidencias que indiquen que el fiscal general" autorizó o conoció de las polémicas tácticas de "Rápido y Furioso", tal y como el funcionario lo ha afirmado.
Holder volverá a ser interpelado este jueves por la comisión.
Las cuatro operaciones fueron "Wide Receiver" entre 2006 y 2007, "Caso Hernández" en 2007, "Caso Medrano" en 2008 y "Rápido y Furioso" aunque esta última fue la más amplia y permitió la mayor entrada de armas a México.
"Permitir que cientos de armas de asalto ilegalmente compradas cayeran en manos de violentos cárteles de la droga a lo largo de cinco años creó una amenaza obvia e inexcusable para la seguridad pública a ambos lados de la frontera", agregó el informe.
El escándalo por "Rápido y Furioso" estalló cuando armas compradas bajo el operativo fueron encontradas en la escena del crimen del asesinato de un agente estadounidense en diciembre de 2010, y llevaron a la remoción del director de la ATF y la dimisión de varias autoridades policiales de Arizona.{jcomments on}