DES MOINES, Iowa, EE.UU. (AP) — Para los republicanos de aquí, el candidato ideal a la presidencia sería una mezcla de la pasión ideológica de Ron Paul con la capacidad de ser elegido de Mitt Romney. La inteligencia de Newt Gingrich con el atractivo evangélico de Rick Perry. Sume una pizca del conservadurismo social de Michele Bachmann y Rick Santorum —y agítese.

Sin embargo, Lila Reynolds, una de muchos republicanos indecisos de Iowa, se lamenta: "No hay un príncipe azul".
"¿Qué estoy buscando?", cuestiona Reynolds, de 44 años, mientras entra en un restaurante bar atestado en Waterloo para ver a Gingrich antes de las asambleas electorales del martes. "Es difícil de describir, pero lo sabes cuando lo ves".
Ese factor que "se ve" se extiende en la mente de la gente, mientras escudriña sus opciones en las últimas horas antes de que Iowa se convierta en el primer estado del país en tener voz y voto formal para escoger a un aspirante republicano que enfrente al presidente Barack Obama en noviembre próximo.
Entrevistas con más de 30 votantes de Iowa en días recientes descubrieron un electorado agitado aquí, con muchos votantes aún sin decidirse. Un grupo parece que batalla con lo que quiere, no sólo de un candidato en particular, sino del Partido Republicano, dividido entre los activistas del movimiento conservador llamado Tea Party, cristianos evangélicos y la línea principal de conservadores fiscales.
No hay un solo candidato que logre juntar esas tendencias en la mente de los electores.
Mary Ann Anderson, de Atlantic, ha hecho reseñas positivas de todos los contendientes, pero no se ha conformado con ninguno todavía. "Debo meditarlo", dice. Y Bill Brauer, de Polk City, dijo que la decisión era tan difícil que mejor estaba esperando hasta el último minuto, e insistió: "Me decidiré esta noche". Por su parte, Janeane Wilson, que vive en Waukee, estaba tan perpleja que añadió: "Soy una de esas personas que probablemente se decidirá en el camino hacia las asambleas electorales".
Para muchos electores, nadie parece perfecto. Y para algunos, el proceso se reduce a una decisión dura entre ir por el candidato seguro y pragmático que tenga la mejor opción de vencer a Obama, o bien, el candidato fervoroso, purista de ideología, que establezca el corazón de la contienda pero que es una apuesta mucho más riesgosa en las elecciones generales.{jcomments on}