OLYMPIA, Washington, EE.UU. (AP) — El soldado estadounidense sospechoso en una reciente matanza de civiles en Afganistán tiene 38 años y es padre de dos hijos, cumplió tres períodos de servicio en Irak y revista en una base del estado noroccidental de Washington.
Sin embargo, varios días después de la masacre, las fuerzas armadas siguen cubriendo con un manto de silencio uno de los elementos fundamentales del caso: su nombre.
Las autoridades militares dijeron que el protocolo castrense no permitía divulgar el nombre mientras no se le fincaran cargos. Pero varios expertos en cuestiones militares afirmaron que este caso parece inusitado.
"En mi experiencia, esto no tiene precedentes", expuso Eugene Fidell, quien enseña derecho militar en la Universidad de Yale. "Es muy extraño".
Fidell consideró posible que las fuerzas armadas tuvieran la intención de resguardar la seguridad de la familia del soldado implicado en la muerte de al menos 16 personas la madrugada del domingo en dos localidades afganas.
La información ha estado también restringida dentro de las propias fuerzas armadas. Jill Barber, esposa de un sargento en el mismo batallón que el sospechoso, dijo que se enteró de la masacre por las noticias. Aseguró que a su marido no se le permitió que le hablara hasta un día después de los hechos y que los soldados pueden meterse en problemas si hablan de eso.
"Silenciaron todo allá", afirmó Barber, de la localidad de Yelm ubicada a unos 97 kilómetros (60 millas) al sur de Seattle, la mayor ciudad del estado.
Las fuerzas armadas suelen controlar rigurosamente la comunicación sobre muertos o heridos, incluyendo la suspensión del acceso a internet y al teléfono en una base en zona de combate, con frecuencia hasta por 24 horas.
Jeffrey Addicott, fue un prominente asesor legal de las Fuerzas Especiales del ejército estadounidense, dijo que las fuerzas armadas han estado suprimiendo con más frecuencia la comunicación para controlar la información. Los soldados que conocen la identidad del sospechoso tienen la orden superior de no mencionarla e incluso posiblemente se les confiscaron sus dispositivos electrónicos para que nada se filtre.
Sin embargo, estimó "bueno" ocultar la identidad para evitar que los extremistas venguen la matanza, quizá con la familia del soldado.
Las autoridades militares no han confirmado oficialmente que el soldado está emplazado en la Base Conjunta Lewis-McChord, cerca de Seattle. Esa información provino de fuentes que hicieron las declaraciones a The Associated Press y otros medios bajo la condición del anonimato. El vocero de la base, Joe Piek, pidió a los periodistas que remitan cualquier pregunta a las autoridades militares en Afganistán.
El sospechoso fue retirado el miércoles de Afganistán en un avión a lo que las autoridades describen como una instalación de confinamiento antes del juicio.
Algunas autoridades han descrito al sospechoso como un hombre de 38 años y padre de dos hijos que lleva 11 años en las fuerzas armadas
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