La exposición a la contaminación durante el embarazo duplica el riesgo de que el bebé desarrolle autismo.
Los investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) consideran que es fundamental investigar más sobre el tema para comprender más a fondo y, de esta manera, poder "desarrollar intervenciones que reduzcan la exposición de las mujeres embarazadas a los contaminantes".
Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Environmental Health Perspectives.
CONTAMINACIÓN DEL CEREBRO
Andrea Roberts, especialista que condujo el estudio, citó investigaciones previas que encontraron que contaminantes como el cloro, plomo, mercurio, manganeso y diésel afectan el desarrollo neurológico del feto y el bebé. Otros trabajos hallaron que los chicos que respiran aire muy contaminado durante su primer año de vida tienen un riesgo elevado de desarrollar autismo. Y lo mismo ocurre con los niños que viven cerca de una autopista.
En el nuevo estudio, los expertos analizaron los casos de 22.000 mujeres con hijos sanos y 325 mujeres cuyos hijos fueron diagnosticados con autismo un tiempo después de nacer. Registraron el nivel de contaminación al que fueron expuestas durante su embarazo.
Las mujeres que durante el embarazo vivieron en las áreas que estaban dentro de las más contaminadas tenían un riesgo doblemente mayor de tener hijos con autismo, en comparación a las mamás que gestaron a su bebé en las zonas más limpias.
Los contaminantes más relacionados con el autismo fueron el diésel y el mercurio encontrados en el aire, pero otras sustancias como el plomo, cloruro de metileno y manganeso también se asociaron con esta patología.
Esta asociación fue más fuerte cuando el embarazo era de un varón, pero los investigadores dicen que hay que investigar más a fondo porque el autismo es una patología que se detecta con mucha más frecuencia en los chicos que en las nenas. (neomundo.ar)
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