SANA (AP) — El ex presidente yemení Alí Abdulá Salé
exigió el miércoles que para abandonar el país también deben hacerlo,
"en aras de la estabilidad", 10 de sus adversarios entre los máximos jefes militares, políticos y dirigentes tribales.
La nueva condición parece un pretexto de Salé para permanecer más tiempo en Yemen, aunque su presencia, según los opositores, es una de las principales causas de la agitación en el país.
Aunque Salé le transfirió el poder a su vicepresidente Abed Rabbo Mansour Hadi el mes pasado en una respuesta al levantamiento opositor iniciado un año atrás, ha hecho sentir su presencia en Yemen.
En un comunicado, Salé afirmó que "elementos de la crisis de Yemen" deben dejar el país con base en un acuerdo del año pasado.
"Se acordó que todos ellos cederían poder en aras de la estabilidad y la seguridad de Yemen", dijo.
El ex mandatario se refería a una reunión efectuada en marzo del año pasado en la casa de Hadi, donde Salé propuso que él y sus adversarios debían abandonar la nación.
Pero su propuesta no fue incluida en los convenios oficiales que firmaron él y los partidos de oposición, incluyendo un acuerdo —apoyado por Estados Unidos y países del Golfo Pérsico— para la transferencia del poder. El acuerdo le concedió inmunidad judicial a cambio de su renuncia.
Entre los 10 adversarios mencionados por Salé están el general Alí Mohsen al-Ahmar, quien se unió a los rebeldes, así como islamistas e hijos del jeque Sadeq al-Ahmar, líder de una confederación tribal opuesta a Salé.
Un funcionario del gobierno dijo a The Associated Press que Salé intenta "frustrar el acuerdo de la transferencia del poder". El funcionario que hizo las declaraciones pidió el anonimato por carecer de autorización para hablar con periodistas
{jcomments on}
