Ramón Peralta
A través de la historia los jóvenes han llevado la bandera de la revolución y el cambio en las sociedades y no es extraño que así pase. La juventud no teme al desafío que la realidad presenta porque no tiene muchos intereses atados a su vida. Eso confirma el dicho que reza, que cuando no se es revolucionario a los 20s es imposible serlo a los 40s.
Ramón Peralta
A través de la historia los jóvenes han llevado la bandera de la revolución y el cambio en las sociedades y no es extraño que así pase. La juventud no teme al desafío que la realidad presenta porque no tiene muchos intereses atados a su vida. Eso confirma el dicho que reza, que cuando no se es revolucionario a los 20s es imposible serlo a los 40s.
A medida que se entra en edad aumentan las ataduras de la vida y el ser humano se vuelve mas conservador, es decir, menos propenso a las aventuras que implican reto. En ese sentido, la juventud ha sido la motora de los cambios radicales en las sociedades. Los movimientos que estremecieron al mundo en las décadas de los 1960s fueron impulsados por los jóvenes. Aquí en Estados Unidos, los movimientos opositores a la guerra de Vietnam fueron encabezados por los jóvenes que al final obligaron al gobierno a echar hacia atrás una de las aventuras guerreras mas desastrosas y sin sentido de las tantas en que se ha embarcado el gobierno americano. Los jóvenes también abrazaron en esa misma época la lucha por los derechos civiles, donde se puso fin a muchos de los abusos y maltratos marcados por el racismo y la xenofobia presentes en la sociedad americana.
Lo mismo ocurrió en el resto del mundo cuando los jóvenes abrazaron las luchas por la justicia y los derechos de los pobres a tener acceso a una mejor vida en las sociedades donde las minorías y las élites detentaban el poder y desconocían los derechos de las mayorías. En ese momento las universidades se convirtieron en los centros mas importantes de protestas contra el status, dando lugar a cambios importantes en las sociedades.
Ese reto simbólico del pasado es el que en la sociedad norteamericana de hoy han asumido los jóvenes frente a las constantes tragedias causadas por las armas de fuego y a las que el resto de la sociedad se mantiene indiferente. Los jóvenes han tomado conciencia de que el problema de las constantes tragedias se debe a la facilidad con que llegan las armas a las manos de las personas sin tomar en consideración ningún tipo regulación.
En ese sentido, los jóvenes han encabezado un movimiento denominado “Marcha por Nuestras Vidas” (March For Our Lives) con el fin de llamar la atención sobre las raíces del problema y para que se tomen las medidas correctivas correspondientes.
La posición del movimiento juvenil apuntala directamente al problema, descartando medidas de media tinta, como las que han presentado la administración y los propietarios del negocio de las armas señalando que el problema es mental y que la solución de los ataques a las escuelas sería el poner armas en manos de los maestros.
Encuestas dadas a conocer por los diarios revelan, que uno de cada tres jóvenes a nivel nacional ha decidido participar en persona o a través de los medios sociales en la marcha que tendrá lugar este sábado 24 de marzo. Se estima que si las encuestas no mienten, el movimiento juvenil sería la marcha mas masiva que hasta ahora se haya registrado en la historia americana.
Además de la característica multitudinaria de la marcha, hay otros aspectos que no se pueden echar a un lado y es la convicción firme de los jóvenes de mostrar a la sociedad sus derechos de responder a este grave reto.
La posición de los jóvenes muestra que ya ha llegado el momento de detener estas tragedias, que han pasado a formar parte del diario vivir en la sociedad americana. El martes pasado un nuevo incidente en una escuela en Maryland dejó un estudiante muerto y otros tres heridos. En el hecho estuvo envuelto el uso de un arma de fuego.
Los estudiantes organizadores de las marchas han anunciado que celebrarán otra en abril. Nosotros esperamos que el movimiento juvenil mueva la conciencia de otros sectores de la vida nacional para que desde ya se inicie una seria conversación acerca del asunto de las armas y las tragedias que producen.{jcomments on}
