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CIUDAD DE MEXICO (AP) — La iglesia católica de México anunció el lunes la cancelación de la que se considera la mayor peregrinación católica del mundo —que se realiza en torno al 12 de diciembre a la basílica de la Virgen de Guadalupe, patrona de América Latina— debido a pandemia por COVID-19.

La Conferencia del Episcopado Mexicano indicó en un comunicado que el recinto religioso situado en el norte de Ciudad de México permanecerá cerrado del 10 al 13 de diciembre, por lo que invitaron a que “los festejos guadalupanos se realicen en sus parroquias o en casa, evitando aglomeraciones y con las medidas de sanidad correspondientes”. También invitaron a los fieles a seguir la celebración por internet.

La Villa de Guadalupe llega a recibir hasta 15 millones de peregrinos en las dos primeras semanas de diciembre, según dijo recientemente el obispo Salvador Martínez, rector de la basílica, en un video subido a sus redes sociales.

Desde el siglo XVI, el Cerro del Tepeyac, donde se levantó la basílica, ha sido un punto de peregrinaje para millones de personas.

La Iglesia mexicana reconoció que dado que este año ha sido complicado debido al coronavirus, muchos fieles querrían visitar a la virgen en busca de consuelo, pero alertaron que las condiciones sanitarias no permiten “celebrar a la Virgen de Guadalupe peregrinando juntos a su santuario y el bien de todo el pueblo mexicano nos motiva a tomar medidas de contención para evitar que el virus se propague”.

En México se registran al menos 1.040.000 infectados y 101.676 defunciones.

Las autoridades de Ciudad de México endurecieron recientemente las restricciones porque había habido un aumento en los contagios y en las hospitalizaciones de la capital, un área que junto a sus suburbios acumula en torno a un cuarto de los casos de todo el país.

Los días en los que esté cerrada la Villa, la alcaldía llevará a cabo un operativo de seguridad “que orientará a quienes acudan a las inmediaciones del Santuario”, agrega la nota de los obispos.

 

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Las autoridades mexicanas extrajeron un total de 113 cuerpos y otros restos humanos de una fosa clandestina localizada el mes pasado en El Salto, una localidad cercana a Guadalajara, la capital del estado occidental de Jalisco.

Gerardo Octavio Solís, fiscal de Jalisco, informó el domingo por la noche del resultado de los trabajos de exhumación en ese enterramiento clandestino donde también se hallaron cuatro bolsas con indicios de restos humanos y dos cráneos.

Hasta el momento, se han podido identificar 30 personas, 28 hombres y dos mujeres, dijo el funcionario.

Jalisco es estado de México donde han sido exhumados más cuerpos de fosas clandestinas y es la cuna de uno de los cárteles más peligrosos y activos en estos momentos en el país, el Cártel de Jalisco Nueva Generación.

Según datos más recientes de la Secretaría de Gobernación, desde 2006 al 30 de septiembre, se habían recuperado 897 cuerpos en el estado de Jalisco, 605 de ellos en esta administración.

Las autoridades encontraron la fosa de El Salto a inicios de octubre pero los hallazgos de este tipo de enterramientos son periódicos. A finales de octubre, se localizaron 59 cadáveres en el vecino estado de Guanajuato, en una fosa que estaba en pleno centro de una ciudad, Salvatierra.

México enfrenta un problema creciente con las personas desaparecidas. El gobierno federal, en su último informe de octubre, indicó que hay más de 75.000 desaparecidos desde 2006. El año con mayor registro fue 2019, con más de 8.300 personas no localizadas.

Desde 2006 se han localizado en todo el país 4.092 fosas clandestinas con 6.900 cadáveres. Más de 1.200 de esos enterramientos con casi 2.000 cuerpos se localizaron durante la actual administración.

 

Por FRANKLIN BRICEÑO

LIMA (AP) — Manuel Merino juró el martes como el tercer presidente de Perú desde 2016 en medio de protestas y una profunda crisis política y económica agudizada por la pandemia del nuevo coronavirus.

Merino reemplaza a Martín Vizcarra, quien la víspera fue destituido de la presidencia por supuestamente recibir sobornos cuando era gobernador, una acusación sin pruebas concluyentes.

“Aquí no hay nada que celebrar, es un momento muy triste para el país”, dijo Merino, quien hasta el lunes era presidente del Parlamento, es un político desconocido para la mayoría de los peruanos y recientemente fue acusado de intentar asegurar el apoyo del ejército en la destitución de Vizcarra.

Merino, un empresario agrícola de 59 años, aseguró que respetará las elecciones presidenciales y legislativas programadas para abril y que entregará el poder al próximo mandatario en julio de 2021.

El nuevo presidente agradeció su nombramiento a los legisladores y afirmó que los 105 votos con los que se destituyó a Vizcarra “no fueron comprados”.

A pocas cuadras del Parlamento, cientos de personas protestaban por la destitución de Vizcarra, a la que calificaban de “golpe de Estado disfrazado”, y eran contenidos por la policía con gases lacrimógenos.

“Es un golpe de Estado que están haciendo a Vizcarra”, dijo Paul Mendoza, uno de los manifestantes. “Ahora nos van a ocasionar una inflación, la recesión, va a subir el dólar, no vamos a poder seguir adelante porque estamos también con la pandemia”, añadió.

Merino, que gobernará por ocho meses, pidió calma a los manifestantes y dijo que existe “una mala intención de querer dividir al país”.

El nuevo mandatario agregó se concentrará en el sector de la salud para evitar que una segunda ola de infecciones del nuevo coronavirus encuentre al país en medio de la “vulnerabilidad”.

La pandemia ha golpeado con dureza a Perú y ha dejado más de contagiados 922.300 y 34.879 fallecidos. A ello se suma una profunda crisis económica. Según el Banco Mundial, el Producto Interno Bruto de Perú tendrá este año una caída del 12%.

Vizcarra fue destituido por “incapacidad moral permanente” luego de que los legisladores lo acusaron de recibir más de 630.000 dólares en sobornos por dos obras de infraestructura licitadas cuando era gobernador regional entre 2011 y 2014.

Los congresistas usaron una investigación inconclusa de la fiscalía en la que los investigados lo acusaron de recibir dinero sucio a cambio de una reducción en la condena. Vizcarra ha negado todos los cargos y afirmó que se va “con la frente en alto”.

 

MANAGUA (AP) — Al menos 16 personas murieron en Nicaragua en las últimas horas, siete de ellas soterradas por un derrumbe en una zona montañosa del norte afectada por severas lluvias y deslizamientos de tierra causados por el paso devastador del huracán Iota, informó el miércoles la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo.

En declaraciones a medios oficiales, Murillo confirmó que un alud de piedras y lodo se registró en una comunidad del Macizo Peñas Blancas, zona rural del departamento de Matagalpa, en el norte, donde brigadas del Ejército y la policía han recuperado siete cadáveres y siguen trabajando.

Según Murillo, entre los cuerpos encontrados hasta ahora en el lugar hay una mujer de 34 años con sus tres hijos menores de edad, cuya vivienda quedó sepultada por el alud. Agregó que los rescatistas sacaron con vida a cuatro campesinos, y dijo que estas muertes se suman a las de al menos otras ocho personas el martes en zonas del norte y sur del país, también afectadas por desbordamiento de ríos e inundaciones.

Si bien el gobierno cifra en siete los fallecidos por el alud en Peñas Blancas, donde también se han reportado 15 desaparecidos, el productor cafetalero Henry Hueck, propietario de la hacienda San Martín, vecina al sitio del derrumbe, aseguró que el deslave cobró 16 vidas.

El campesino Miguel Rodríguez, trabajador de la finca San Martín, dijo a The Associated Press que él vio al menos “siete cadáveres regados” en la zona.

“El deslave se vino con toda la tierra y se hizo como un río que bajó. Las casitas que estaban se las trajo toditas. Son cinco viviendas, cinco familias”, relató todavía impactado.

Según el campesino, habría todavía varias personas con vida dentro de otra vivienda al otro lado del cerro, que quedó aislada por el derrumbe y a la cual las brigadas de rescate intentan llegar.

Por su parte, el Ejército informó que ha movilizado a más de 100 rescatistas hacia allá y que el acceso es muy difícil, pues las lluvias causadas por Iota y por el huracán Eta socavaron los suelos y derribaron troncos de árboles que han bloqueado los caminos.

El Macizo Peñas Blancas es una montaña de 1.700 metros de altura que forma parte de la Cordillera Isabelia, una de las formaciones rocosas más grandes de la región norte de Nicaragua.

Iota azotó el norte de Nicaragua desde el Caribe como un huracán de categoría 4, provocando la destrucción de viviendas, deslaves y desbordes de ríos. El gobierno había informado el martes la muerte de seis personas, incluidos dos niños.

En tanto, el gobierno de Estados Unidos anunció que destinó 17 millones de dólares en asistencia humanitaria para ayudar a los afectados en Guatemala, Honduras y Nicaragua por Iota y Eta —que castigó a la región hace dos semanas_, según un comunicado oficial emitido en Washington.

Informó también que ha enviado a esos países a expertos del Equipo de Asistencia para Respuesta ante Desastres de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que ayudarán a identificar los daños y necesidades en coordinación con las autoridades locales y agencias internacionales.

Iota azotó la costa de Nicaragua en el Caribe e inundó partes de la vecina Honduras que seguían afectadas por las crecidas provocadas por Eta.

Tras perder intensidad, Iota avanzaba tierra adentro por el norte de Nicaragua y el sur de Honduras el martes en la noche convertida en tormenta tropical, pero los meteorólogos advirtieron que sus intensas lluvias siguen suponiendo riesgo de inundaciones y deslaves. Tenía vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora (40 millas por hora) y se movía en dirección oeste a 19 km/h (12 mph).

La tormenta pasó a unos 25 kilómetros (40 millas) al sur-suroeste de la capital de Honduras, Tegucigalpa, donde el caudal de los ríos aumentó y se prevé que las lluvias se intensifiquen. En la ciudad de las montañas, residentes de las zonas bajas, con tendencia a anegarse, estaban siendo evacuados como medida preventiva, al igual que los de los vecindarios vulnerables a los deslaves.

“Aquí lo que más afectó fueron las inundaciones. El sector de Barra Patuca lleva 15 días inundado”, dijo Teonela Paisano Wood, la alcaldesa de la localidad hondureña de Brus Laguna. “Corremos peligro si sigue lloviendo”.

Mirna Wood, vicepresidenta de la comunidad misquita en la región de Gracias a Dios, en el extremo oriental de Honduras, estaba en Tegucigalpa para recolectar donaciones para su comunidad arrasada por Eta cuando llegó Iota.

Unas 40.000 personas de esa zona tuvieron que dejar sus casas en tierras bajas y próximas a ríos y al mar y se refugiaron en albergues, pero otras seguían varadas cerca de la frontera con Nicaragua. Algunas fueron rescatadas por las autoridades nicaragüenses, añadió.

En Guatemala, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) dijo que hay dos personas fallecidas y dos desaparecidas tras un deslizamiento de tierra ocurrido el miércoles en el municipio de Purulhá, en Baja Verapaz.

Según las primeras versiones el deslizamiento cayó sobre dos casas, causando las muertes y dañando los inmuebles.

Ya son 131.000 los afectados y 6.400 las personas evacuadas en Guatemala a causa de los efectos de Iota, agregó la Conred.

En Nicaragua el alcance total de los daños no estaba claro porque gran parte de la región afectada no tenía electricidad ni servicio de teléfono o internet, y los fuertes vientos obstaculizaron las transmisiones por radio. Iota tocó tierra a apenas 25 kilómetros (15 millas) al sur del lugar donde lo hizo Eta, también de categoría 4, el 3 de noviembre.

Los reportes preliminares desde la costa hablaban de árboles y postes eléctricos derribados y de tejados de viviendas y negocios arrancados, explicó Guillermo González, director del Sistema de Atención de Desastres estatal.

Por su parte, Panamá dijo que una persona murió y otra estaba desaparecida en la comunidad indígena autónoma de Ngabe Bugle, en el oeste del país.

Eta mató a más de 130 personas y causó deslaves e inundaciones repentinas en partes de Centroamérica y México. Dejó a decenas de miles sin hogar en Honduras, que reportó 74 muertos y casi 57.000 personas en refugios.

Antes de tocar tierra en Nicaragua, Iota barrió la pequeña isla colombiana de Providencia, a más de 250 kilómetros (155 millas) de la costa nicaragüense. Según el presidente de Colombia, Iván Duque, una persona murió y el 98% de la infraestructura de la isla estaba afectada.

Providencia está habitada casi exclusivamente por descendientes de esclavos africanos y colonizadores británicos, que hablan una versión inglesa de creole. La isla no tiene vuelos directos con el continente, pero se ha convertido en un popular destino turístico. Las autoridades colombianas anunciaron el martes el envío de un barco con 15 toneladas de ayuda.

Iota es la trigésima tormenta con nombre en la intensa temporada de huracanes en el Atlántico. También es la novena que se intensificó rápidamente este año, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia.

Además, es el huracán de categoría 5 más tardío en el año, superando el récord de Cuba del 8 de noviembre de 1932, señaló Phil Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado.

La temporada de huracanes termina oficialmente el 30 de noviembre.

 

CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — El presidente Alejandro Giammattei anunció el lunes que solicitará el Estatus de Protección Temporal al gobierno estadounidense para los guatemaltecos que viven en ese país debido a la crisis humanitaria provocada por la tormenta Eta, que ha dejado hasta ahora 44 fallecidos y 99 desaparecidos en Guatemala.

“Se instruyó al Minex (Ministerio de Relaciones Exteriores) para que analice solicitar, en vista de la magnitud de lo ocurrido, un estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los guatemaltecos en Estados Unidos. La petición formal se estaría enviando esta semana al embajador de Guatemala en Washington”, dijo Giammattei en su cuenta de Twitter.

La semana pasada el paso de la tormenta Eta dejó inundaciones, deslizamientos de tierra y destrucción.

Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, por lo menos 350 mil personas fueron afectadas por la tormenta y casi 90 mil evacuadas.

Más de 21.000 viviendas sufrieron daños leves, moderados o severos, y 17 puentes y 11 carreteras resultaron afectados.

Se cree que en Estados Unidos viven más de 2 millones de migrantes guatemaltecos. En lo que va del año Washington ha deportado a 19.593 guatemaltecos, entre ellos 2.597 menores de edad.

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