COLUMBIA, Carolina del Sur, EE.UU. (AP) — El aspirante republicano
Mitt Romney inició el jueves 10 días de campaña intensa con su promesa
de mejorar la economía en Carolina del Sur, un estado fuertemente
golpeado por la crisis, consciente de que una victoria allí lo volvería
casi invencible en la batalla por la candidatura para enfrentar al
presidente Barack Obama en noviembre.
Romney intenta seducir a los republicanos de este estado que irán a las urnas el 21 de enero luego de anotarse una victoria por estrecho margen en Iowa y una mucho más amplia en Nueva Hampshire. La campaña de 2012, centrada en las consecuencias de la crisis, probablemente será una de las más arduas de la historia reciente.
Romney es el favorito de la dirigencia republicana, que lo considera el más apto para derrotar a Obama. Tiene dinero de sobra, ya que según su reporte recaudó 24 millones de dólares en el último trimestre de 2011.
Con todo, enfrenta una fuerte oposición en la base republicana, que ha virado fuertemente a la derecha en los últimos años y duda de sus credenciales conservadoras, pero los adversarios del ex gobernador de Massachusetts no han sido capaces de unirse detrás de uno de los otros cinco aspirantes.
Además no está claro si un estado donde prima el cristianismo evangélico ultraconservador apoyará a Romney, que es mormón.
Los adversarios también han atacado a Romney por haber presidido una compañía financiera, que el gobernador texano Rick Perry calificó de "buitre" que se enriquece a costa de despedir trabajadores. Newt Gingrich ha preguntado perentoriamente cuántos empleos se perdieron cuando Romney era gobernador de Massachusetts.
Perry, Gingrich y el ex senador Rick Santorum presuntamente tendrían las mejores perspectivas de triunfar en Carolina del Sur, pero a todos les fue mal en Nueva Hampshire.
La campaña, la primera este año en un estado del sur, incluirá un par de debates televisados y publicidad televisiva por valor de millones de dólares.
La "niña bonita" en esta campaña —la que todos quieren llevar al baile— es el senador Jim DeMint, uno de los fundadores del movimiento conservador Tea Party.
Sin embargo, DeMint ha dicho que no lo atrae ninguno de los aspirantes y que su "prioridad es el Senado", señalando que no importa quién resulta elegido presidente si los republicanos no le quitan la mayoría en la cámara alta a los demócratas. Por eso, ha volcado sus esfuerzos a los candidatos que creen pueden ganar bancas en el Senado
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