Wow! ¡Qué viaje!
Jon se ha ido. Newt dice que le gusta la fiesta.El mexicano Mitt sabe cómo evitar al fisco. Perry se retiró y Rick, quien odia las cosas de Ricky Martin dice que nunca se acostaría con una mujer que nos sea su esposa.
¿Quién se imaginaba que Carolina del Sur podía exprimir tanto de la campaña republicana?
Es como un “reality show”.
Yo todo fue antes del debate.
Mientras tanto, la noticia que realmente importa a los latinos (y no se preocupe que volveremos con las cosas jugosas en un ratito) es que el “mexicano” Mitt Romney puede perder.
Sí. En cuestión de días, al tiempo que los medios hablaban de la su aparente imparable ruta para llenar el mapa electoral republicano a través de la nación, el muchacho que probablemente sería el primer latino en ser presidente vio como su popularidad bajó 20 por ciento en comparación con Newt Gingrich y se esfumó como una velita barata en una tormenta.
Mientras, los candidatos se dirigían al último debate antes de que los electores de Carolina del Sur vayan a emitir su voto, Romney, cayó en un empate virtual con Gingrich.
Desde las primarias de New Hampshire, Romney está recibiendo una paliza por su dinero y cómo lo ha obtenido. Un anuncio estilo documental causó ampollas porque lo acusaba de beneficiarse de los despidos, mientras presidió el Bain Capital. Entonces, fue criticado porque decir que los $374,327.62 que recogió “no fue demasiado”.
Luego, sus críticos se apilaron cuando dijo que solo pagó un tipo de gravamen de alrededor de 15 por ciento de la tarifa de impuestos, lo es inferior a lo que pagan las familias de clase media que hacen $50,000 al año.
Después, recibió un “golpe” por negarse a publicar su declaración de impuestos para que la gente pudiera ver lo que ganaba, y de dónde venía. Incluso, fue abucheado por eso por los miembros del debate.
Pero lo más probable, es que el repentino empate con Gingrich, de apenas 1.5 puntos de distancia en algunas encuestas, no sólo hunda Romney, pues dos de los candidatos que no son Romney, Jon Huntsman y Rick Perry ya se retiraron. Y Gingrich “encendió los propulsores de su cohete” en Carolina del Sur. Él investiga el récord de Romney cada vez que puede.
Pero una cosa graciosa pasó en la campaña.
No, no es la ex esposa de Gingrich diciendo que su ex marido quería un matrimonio abierto mientras que él la estaba engañando con su actual esposa. Ese escándalo explotó el martes. Y él dijo que era un debate falso. Y no es la revelación graciosa de Rick Santorum de que la única mujer con la que ha compartido la cama es su esposa. Era una respuesta obvia a Gingrich y fue seguida por una carcajada. Pero, también sirvió como gancho para un aluvión de chistes acerca de Satorum parado torpemente frente a su mujer o imaginárselo sentado en suelo antes de arriesgarse a compartir el sofá.
No, lo gracioso es cómo los candidatos intensificaron el tono áspero de inmigración que ha estado poniendo nerviosos a los funcionarios del partido, incluso cuando trataban de apaciguar a potenciales votantes latinos.
Y Gingrich, el único candidato que no “le está dando una patada a todos los inmigrantes”, se unió a ellos.
Gingrich elogió la ley de inmigración de Carolina del Sur que permite a los policías detener o interrogar a cualquier persona que parezca un inmigrante ilegal para ellos, luego lanzó un mensaje en español llamando a Romney antiinmigrantes. La noche del jueves, Gingrich, el único republicano conocido por estar aprendiendo español, dijo que apoya la ley de “English Only”.
Por su parte, Romney, ha permanecido recordándole a todos que es el hijo de un mexicano (su padre nació allí), y la semana pasada lanzó su anuncio en español llamando a Estados Unidos, “la tierra de las oportunidades”. Pero el anuncio empezó a salir al aire el mismo día que él aceptó orgullosamente el apoyo de Kris Kobach, el arquitecto de la estrictas leyes de Arizona y Alabama. Y ganó un lugar en un video de YouTube que fue recogido por el Huffington Post, cuando al parecer (no está claro en el vídeo) le retiró a un hombre la mano porque se describe a sí mismo como el DREAMER y lo retó a desafiarlo en su promesa de vetar la ley de educación que otorgaría la ciudadanía a los hijos de inmigrantes ilegales que completen dos años de universidad o servicio militar.
Con su furiosa retórica antiinmigrantes, los funcionarios del partido republicano han luchado para poner en marcha una iniciativa de extensión hispana. Y los miembros del partido están reprimiendo la idea sustentados en que la inmigración no es la mayor preocupación de nadie, ni siquiera de los latinos.
“La economía y los empleos es el asunto primordial”, dijo Jennifer Korn, directora ejecutiva de Hispanic Leadership Network y ex cabeza de la campaña de reelección de George W. Bush. “Yo creo que la mayoría de la gente estará votando con su monedero porque quieren ver el final (de la crisis)”, sostuvo. No obstante, un tercio de los votantes, el 33 por ciento pone la inmigración en primer lugar. Ese sigue siendo un grupo bastante grande para dejarlo alienado.
Y la forma en la que el tema de inmigración y empleos parecen conectarse para los electores republicanos asusta.
En el debate del jueves un miembro de la audiencia preguntó, “cómo ustedes le aseguran a los ciudadanos estadounidenses que serán los primeros en la línea de empleos en caso de una amnistía”.
La pregunta generó una discusión en la que los candidatos se sumergieron en el paradigma de “quién es el más macho” y “quién sería el más débil” contra la inmigración ilegal. Santorum dio un paso más arriba y golpeó tanto a Romney como Gingrich por ser muy suaves con la inmigración ilegal. Gingrich tomó una postura “semi-balnda”, arrancando con los inmigrantes ilegales “malos” que pertenecen a gangas.
El problema es que la postura fuerte puede ser un arma de doble filo. Puede darle impulso a los candidatos en Carolina del Sur, pero es igual de probable que mutile la acogida de los hispanos en el resto del país. Mitt realmente perdió en Iowa… quizás. Esa fue otra gran revelación (bien por Santorum) esta semana. El último conteo le dio a Santorum 34 votos de ventaja. Pero hay papeletas en los ocho precintos perdidas. Por eso realmente nunca se sabrá.(Inf. Agencias){jcomments on}
