EL CAIRO (AP) — El fiscal principal en el juicio de Hosni Mubarak
presentó el martes la evaluación más dura del régimen que se haya
efectuado en una corte egipcia, al acusar al presidente depuesto de
tiranía y corrupción, además de afirmar que dedicó los últimos 10 años
de sus tres decenios en el poder a asegurar la sucesión de su hijo.
El alegato de Mustafa Suleiman parecía tener la intención de dar impulso al juicio de Mubarak, sus dos hijos y otros ocho acusados tras cinco meses de sesiones caracterizadas por largas demoras, testimonios confusos y problemas complejos de procedimiento.
Esto ha provocado indignación en Egipto, donde muchos esperaban que la justicia se ocupara rápida y claramente de Mubarak, derrocado por 18 días de protestas.
Muchos temen que los generales que tomaron el poder —y que debían sus puestos a Mubarak— no quieren condenarlo y las denuncias de Suleiman, con ser tan amplias, tal vez buscan mitigar esos temores.
"Merece acabar en la humillación y la indignidad: del palacio presidencial a la jaula de los acusados y luego la pena más grave", dijo Suleiman en un alegato de una hora que fascinó al auditorio en la corte, instalada en una academia policial que antes llevaba el nombre del líder depuesto.
Mubarak, su ex jefe de seguridad y otros jerarcas policiales están acusados de complicidad en la matanza de más de 800 manifestantes en la represión de la insurrección popular contra el régimen. El y sus hijos, Alaa y el otrora heredero Gamal, están acusados de corrupción.
Mubarak podría ser condenado a muerte por la complicidad en la matanza de los manifestantes.
La sesión del martes fue la primera de tres en las que la fiscalía presentará su alegato. La denuncia del fiscal principal fue mucho más allá de las acusaciones concretas para abarcar el régimen en general.
Suleiman dijo que la corrupción del régimen alcanzó la cima en noviembre y diciembre de 2010, cuando las autoridades montaron las que se consideran las elecciones parlamentarias más fraudulentas desde que el ejército dio el golpe de estado que lo elevó al poder en 1952. El partido de Mubarak ganó todas menos un puñado de bancas en una votación que, dijo, era parte de una estrategia para asegurar la sucesión de Gamal.
"Tenemos un presidente que dedicó la última década de su régimen para montar algo que nadie había osado jamás en Egipto: la sucesión de su hijo", dijo el fiscal, de frente al estrado presidido por el juez Ahmed Rifaat y de espaldas a la jaula donde se encontraban los acusados.
Como ha sucedido desde el comienzo del juicio hace cinco meses, Mubarak, de 83 años, llegó a la corte en una camilla de hospital. Sus hijos llevaban uniformes blancos de presidiarios. Todos escucharon atentamente el alegato, pero no hablaron. El juez puso fin a la audiencia hasta el miércoles
{jcomments on}
