La guerra política en medio de la pandemia
No somos quien para decirlo, pero sí para suponerlo. Lo que se está engendrando en este periodo de incertidumbre y terror, es un monstruo de un poder destructivo empoderado en fuentes que cuesta controlar: la política y la economía.
Para nadie es un secreto que las medidas de prevención de la expansión de la pandemia van a generar una crisis económica; que lo que estamos sintiendo ahora es solo el comienzo de ella. Pero al mismo tiempo esta pandemia y sus consecuencias en la economía discurren en el periodo electoral estadounidense, el que nos guste o no, extendiendo su onda expansiva por el continente americano y en otros arrastrando a su estela gobiernos y conflictos en los cuatro puntos cardinales.
Mientras las autoridades de salud, los hospitales, universidades y científicos buscan detener el Covid-19, el presidente Trump reactiva su campaña por la reelección incitando a conflictos con China, la segunda economía mas grande del mundo, y amenazando con acciones bélicas en América Latina, como en el caso de Venezuela.
Para apagar mas la pequeña lumbre de esperanza, por el lado opositor, el demócrata, se repite mismo discurso acusador a otras naciones convirtiendo a China en el enemigo malo y culpable de todos nuestros males.
En Michigan estalló la chispa de un conflicto político y social cuando grupos radicales aupados por el propio presidente de Estados Unidos comenzaron a reclamar el término de la cuarentena y el regreso a la actividad económica.
Para el presidente Trump es muy importante que el país no sucumba en una recesión que desate una escalada de desempleo, porque sus asesores políticos saben que en este país ningún presidente se ha podido reelegir si la economía no está bien. Los mas recientes ejemplos fueron Jimmy Carter y George H Bush.
Por eso, para él el precio de miles de vidas mas en una apertura de la economía es el precio a pagar para el bienestar del país, que él necesita para gobernar cuatro años más.
Ese conflicto que estalló aquí y se ha extendido por todo el país, escaló a un nuevo nivel también aquí la semana que termina, con la declaración de guerra jurídica de la legislatura del estado encabezada por los republicanos contra la gobernadora Gretchen Whitmer.
El pasado jueves 30 de abril, mientras los grupos conservadores fieles al presidente Trump se manifestaban en el Capitolio, en su interior los legisladores discutían si aprobar o no, una extensión a la declaración del estado de emergencia del Estado, que era la razón por la que estaban presionando con armas, bocinas discursos y pancartas.
Como era de esperarse la extensión fue rechazada, probablemente con la aviesa intensión de respaldar a estos grupos en sus reclamos de la apertura de la economía del estado y el fin de la cuarentena.
Esto creó incertidumbre entre la población sobre las medidas de excepción dictadas por la gobernadora de “Stay home Stay Safe (Quédate en Casa, quédate a salvo)”.
Al parecer algunas agencias de seguridad pública, es decir, departamentos de policía, como un grupo de Sheriff que expresó su respaldo a que se termine la pandemia, pensaron que habían ganado la batalla. Pero era lo contrario, la batalla apenas comienza. La abogada General de Michigan, cuyo opinión determina la legitimidad de una acción ejecutiva o judicial, advirtió que el hecho de que la legislatura haya rechazado la extensión de la declaración de emergencia no significa la derogación de las órdenes ejecutivas de la gobernadora Whitmer. A seguidas el líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes de Michigan anunció una demanda judicial contra la gobernadora.
Lamentablemente, acciones como esta última la veremos en las legislaturas de muchos otros estados, lo que nos pondrá en el terreno de una lucha política en medio de la lucha por sobrevivir de la pandemia. {jcomments on}
