BEIRUT (AP) — La Liga Arabe suspendió su misión de observadores en Siria el sábado y criticó enérgicamente al régimen del presidente Bashar Assad por la violencia creciente que ha dejado al menos 80 muertos en los últimos días.
La misión de la Liga en Siria, en funciones desde hace un mes, había recibido críticas por no lograr detener la represión del régimen. Estados del Golfo Pérsico encabezados por Arabia Saudí se retiraron de la misión el martes y solicitaron la intervención del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Nabil Elaraby, secretario general de la Liga Arabe, indicó en un comunicado que, después de conversar con cancilleres árabes, la organización decidió suspender de inmediato la labor de los observadores debido a la creciente violencia, hasta que el consejo de la Liga pueda reunirse para decidir qué pasará con la misión.
Culpó a Damasco del aumento en el derramamiento de sangre, y dijo que el régimen ha "recurrido a incrementar la opción militar en completa violación de sus compromisos" para poner fin a la represión. Dijo también que las víctimas de la violencia han sido "ciudadanos inocentes", en un rechazo implícito a la afirmación de Siria de que combate a "terroristas".
Ahmed Ben Heli, subsecretario de la Liga, dijo a periodistas que el centenar de observadores permanecerá en Damasco mientras su misión es "reevaluada".
Ben Heli insinuó que los observadores podrían reanudar su trabajo más adelante. Al preguntársele si la misión será retirada, respondió que la suspensión fue "obligada por los sucesos" y busca asegurar la seguridad de los observadores, pero habló de un posible "mapa nuevo" de lugares que visitarían los equipos, y dijo que la misión aguardará para ver qué nuevo personal y ayuda logística le daría la Liga.
La creciente represión ha vuelto apremiantes los nuevos intentos por los países árabes y occidentales de encontrar una solución a los 10 meses de violencia que de acuerdo con la ONU han derivado en la muerte de al menos 5.400 personas mientras Assad busca aplastar las crecientes protestas que exigen el fin de su régimen.
Pero las iniciativas siguen enfrentando dos obstáculos mayores: el rechazo de Damasco a un plan de paz árabe que dice vulnera su soberanía, y la disposición de Rusia de utilizar su veto en el Consejo de Seguridad para proteger a Siria de sanciones.
Las fuerzas del gobierno sirio se enfrentaron el sábado con desertores del ejército opuestos al régimen en diversas partes del país. Se reportaron al menos nueve muertos en los choques y en otros hechos de violencia, fallecimientos que ocurren después de dos días de sangrienta agitación que dejó 74 muertos, entre ellos niños pequeños.
En el incidente más sangriento reportado el sábado, la agencia noticiosa estatal SANA dijo que "terroristas" emboscaron un autobús que transportaba a oficiales de ejército cerca de Douma, un tenso suburbio de Damasco, y mataron a siete.
Un oleoducto recibió un impacto directo y se incendió mientras las fuerzas militares de Siria arrojaban cohetes a un poblado rico en petróleo de la provincia de Deir el-Zour en el este del país, informaron activistas sirios opositores al gobierno.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, y los Comités de Coordinación Local indicaron que el ataque del sábado en el pueblo de Qoria dejó al menos una persona muerta
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